Caminó entre muertos,
caminó con muertos.
Conoció fronteras
que en la imaginación no tienen sitio.
Envejeció pidiendo asilo.
Se hizo viejo él
y los hijos de sus hijos.
Oxidaron los cerrojos,
afinaron los discursos
y los tiros.
Hoy, el anciano, continúa caminando
lleva el hambre más antigua,
lleva más dolor y más entierros
lleva más rencor y más fatiga.
Y lleva la cuerda con la que ataron
su pobre destino .
*
dices que el exilio es la peor de las condenas,
y ni siquiera tragas saliva
al decirlo.
© Silvia Delgado Fuentes
Archivo del blog
Datos de la autora
Silvia Delgado Fuentes, España, 1968 | Nació en un pueblo de la rioja alavesa, desde entonces hasta ahora, es nómada de pieles y geografías. Difunde sus versos en montajes que realiza alternando texto, música e imágenes. Es autora de los siguientes libros de poemas: “Ángeles cotidianos”, “Y que hablen en mis palabras”, “No está prohibido llorar con los supervivientes”, “Las cuarenta chimeneas del infierno”, “Canción inútil para Palestina” y “Nanas de rodillas”.
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