© Silvia Delgado Fuentes

2

Mi casa ya no es mi casa.
Sabedlo.

Sabed que la tierra está sembrada de cráneos,
que arrancaron de cuajo las colinas,
que sepultaron el paisaje.

Sabed que mi casa fue humillada,
saqueada,
que mis hijos llenaron de odio sus bolsillos,
que el hambre baila por todas las esquinas.

Sabed que la barbarie robó nuestros olivos,
que los invasores tienen nombre y apellidos,
sabed que pusieron precio a las ruinas
y que las cadenas no molestan con su ruido.

Sabed esto, debéis conocerlo.

Convirtieron las rosas en cerrados puños,
acallaron las plegarias,
nos pasaron a cuchillo.

Debéis saberlo,
vinieron a mi casa,
dejando solo sangre en los caminos.

*

dices que allí, las casas son humilladas, saqueadas,
y hablas como si la barbarie estuviera sentada en la cocina,
pero esa barbarie nunca llamará a tu puerta
y eso, tú lo sabes
y eso, Silvia, tú, cada día
lo confirmas.

No hay comentarios:

Datos de la autora

Silvia Delgado Fuentes, España, 1968 | Nació en un pueblo de la rioja alavesa, desde entonces hasta ahora, es nómada de pieles y geografías. Difunde sus versos en montajes que realiza alternando texto, música e imágenes. Es autora de los siguientes libros de poemas: “Ángeles cotidianos”, “Y que hablen en mis palabras”, “No está prohibido llorar con los supervivientes”, “Las cuarenta chimeneas del infierno”, “Canción inútil para Palestina” y “Nanas de rodillas”.